Entre el cielo y el infierno se encuentra un alma que aún se sorprende de algo diferente ...
La tierra es infinita, llena de colores...
Las lágrimas son agua salada y
el amor es sólo un palpitar
Entre el infierno y el cielo está la mirada inquisitiva
la palabra no dicha, un pensamiento suicida...
la cara dura de la sociedad, la miseria, la pobreza
y la misericordia de los pobres de alma y los bienaventurados
de mucha plata que son benevolentes con lo que les sirven
Entre las nubes y las llamas del fuego
están las canciones que te hacen volar, aterrorizar, llorar, soñar ... reír
están los atardeceres melódicos ... por los pájaros no envenenados por el smog de esta ciudad
de esta maldita ciudad y su caótica forma de ver la vida ... sus trancones diarios
de huecos que provocan miedo, de pésimos conductores, de corruptos sin fin, de vallas mal puestas de dólares falsos... de prostitutas, sicarios, traquetos, marihuaneros, bazuqueros ... y demás
Entre el día y la noche
La magia se desaparece, las mentiras salen a flote
las diluciones van llenando los corazones
la amargura se apodera de los seres más vunerables
la malicia indígena se vuelve una estrategia brillante para el que da "papaya"
pero todos morimos lentamente, despacio día tras día ...
nos ahogamos en el fango pútrido del olvido, del estrés ...
de los años que nunca llegarán ... de la vida no se espera casi nada
pues acceder aquello que se quiere ni la berraquera de esta sangre de este mi pueblo sirve...
Entre el centro de la tierra y fuera de ella
solo unos pocos soñamos con pisar la luna por primera vez antes de que se consuma
absolutamente todo
Entre el cielo y el infierno
Quedan estos recuerdos, queda un alma vagabunda
Queda la tristeza infinita, la melancolía de los días
La devastadora lucha por salvar esta tierra...
Quedan las palabras, las miradas, el amor, el odio, la guerra, la vida misma.
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