Amanecer

Es quizás el fetiche más morboso que he tenido desde entonces,
suelo pensar que las cosas son tan amargas como aquella vez y luego me topo por casualidad con esa madera que necesita un corazón que lata cada vez más fuerte. He sido de roca muchas veces y trizas en otros tiempo ... y no quiero curas para mi mal, de él se ha hecho mi coraza, mi única forma de vivir. Las partes desahuciadas de mi alma a veces reclaman partes más profundas que los cráteres de la luna, a veces quieren volver aquello que siempre mantuve en el hueco de mi pecho. Se que me esperas en algún momento sin ganas de volver, porque ya mil años luz te alejan de mi cuerpo celeste con zonas oscuras de atardeceres antárticos, románticos, lunáticos, efímeros. No tengo ya nada que perder más de lo que he perdido ya, no tengo nada que hallar más que un dulce y melancólico dolor, no he caído del cielo sin preguntarme desde siempre todo, de pronto ha sido mi error a lo mejor no, ya no hay nada que pueda ofrecer, deje los pedazos de mi alma regados en amores tormentosos y violentos, infieles y maltrechos. Muere conmigo esta tarde de domingo como lo hace el sol cada día, juguemos a que nos veremos nuevamente y quizás así se apacigüe mi dolor un poco, no me dejes presa de la luz, amo la oscuridad que habita en mi vida, así como pude amar la tuya por unas horas, aquí encuentrame dentro de las inservibles vibraciones de mi condenada y arraigada mirada, déjame pasar por los anillos del infierno pero nunca sujetes mi mano más allá de lo que puedo sujetar la tuya, ¿te estoy dejando lo sientes?, es mi aroma el que te dejo y el roce de mi cuerpo el que recordaras alguna que otra vez cuando cierres los ojos, no voltees a ver hacia atrás sueles ver a través de mi y hoy solo te pido no mires que lloró con cierto temor de perderme otra vez dentro de mi misma. Brinda conmigo y levanta esa copa de vino blanco que la locura ya viene por mi y quiero recordarte con mi bebida favorita, gracias por el presente que me trajiste, es muy amable de tu parte, es posible que te recuerde cuando te vea difusamente, no me saludes no quiero volverte a ver, ni escuchar, déjame tu recuerdo así como lo tengo hasta el amanecer ... soló hasta el amanecer

Plátonico

Que la luz más oscura del universo te atrape en entre mi cuerpo y mi alma, que el agujero negro que me urge aquí adentro, haga música entre los recuerdos y los deseos, encuéntrame en playa girón y dame un beso que me cuente aquella historia lejana de nuestro amor  ... fronteras quiero robar y quiero hacer lo justo y lo divino,..¿ hasta dónde debo practicar mi verdad? ... quiero escribirte mi historia pero no sé como besarte sin recordar, abrazarte sin temer ... esto es difícil, siento que soy un animal de otra galaxia, de la misma vía láctea pero a la vez de la nada. Amable locura de corazón revuelto, llévame al África ardiente, muéstrame el mundo lleno de espejos brillantes, que la guerra no sea la respuesta en este planeta tierra y que los golpes no sean como los cristales molidos, que la guerra no sea la paz del futuro. Muérdeme si no te escucho, suelo elevarme pensando en mi universo interno y paralelo, recuérdame con el mismo beso los cuentos que hemos escrito, entre la luna. el cielo y las montañas. Recorramos el camino bajo el eclipse lunar, bajo el cual pactamos esta alianza ... amémonos sin sentarnos en el miedo a la mitad del camino, recorre con mi mano tu cuerpo y hagamos que el milagro llamado amor brote por los poros, que las sábanas nos encuentre en el anochecer de un diciembre, de un año nuevo y de una primavera. Déjame recorrerte entre mis pensamientos y maltratare un poco no más, solo quiero saber que eres real ... no quiero olvidar tu voz y tu ruido de camino cansado y que el deseo permanezca entre ambos sin importar que. Regálame una mirada entre reuniones obscenas y llévame a la muerte viéndote sonreír, siendo feliz. Quiero tocarte con cada palabra, con cada latir, con cada sueño húmedo, con mi boca, conmigo misma. Suelo pensarte todas las noches como si fueras alguien que ya conociera; entre la oscuridad te encuentro, te alumbró y tengo el valor de salvarte. Estoy sentada en el roble donde solíamos decirnos las cosas, aquí estoy entre mi fantasías tratando de pensarte, en mirarte fijamente y decirte todo lo que aprisiona mi corazón. Levanta mi falda y cuéntame las cosas en el oído y dejamos que las cosas se salgan de control, tus labios y los míos explotan una mañana de domingo bajo los campanadas de aquella iglesia pequeña donde juramos frente a la divinidad estar juntos, sorpréndeme cada día con el mundo sin distancias sin largos años, siempre es hoy y tu eres mi hoy.