Amanece aquí en Buenos Aires, he dejado atrás todo, amigos, casa y perro. Soy libre y feliz, pero aún así te pienso y te recuerdo en cada palabra que escribimos juntos:
"Tomé un puñado de sueños y los guardé en la botella que ibas a enviar al mar con los tuyos; dejé bajo la almohada pegaditos a tus anhelos los míos, los que conservo de pequeño, en busca de tu custodia y un sueño de cumplirlos; mis curiosidades no soportaron continuar calladas e invitaron a las tuyas a danzar por cada una de tus huellas, acariciar con las palmas bien abiertas mientras descubren el origen de cada una, degustar la razón durante una historia de llanto o risa, mi curiosidad por ver las huellas que no haz puesto en tu cuerpo, tu curiosidad por mi tenacidad, mis letras y mi retina, nuestras curiosidades por descubrir las cosas mas puras de nosotros (Sergio). Mírame y encontrarás ese mar vibrante que buscas en tu corazón, dame tu mano y navega junto a mi pecho y sentirás el palpitar de aquel clamor de nuestros cuerpos trémulos en la enceguecida luna brillante, vibrante, amorosa, ven déjate llevar y liberemos los anhelos debajo de la almohada, tomémonos las botellas de sueños y embriaguémonos de deseo, noche y amaneceres, que el silencio de nuestras almas inunde el mundo, que las huellas queden marcadas profundamente sobre la arena y quizás solo quizás rompamos nuestros corazones como cuando se estrellan dos copas al brindar, ven y secretamente bésame mientras el sol de oculta y el sale en el horizonte, ocultémonos del mundo mismo que envidia nuestro calor, dame aquello que pienso y siento, déjame acariciarte de palmo a palmo y derrochar este efímero amor que no podemos vivir en tierra, muérdeme la vida y jálame el pelo para despertar con la lujuria encima, navégame y seré tuya de aquí a las estrellas y mírame a través de los fractales de mi alma y mi corazón te pertenecerá, vamos y susurrare todas las noches en tu oído blasfemias de placer (Yo)"
Como me gustaba leerte, escribirte y respirarte aquí junto con el olor de la tinta y el papel, no era obvio que íbamos a estar juntos, era momento de escapar y de huir antes que nuestros demonios se quemaran más... era momento de decir adiós y vernos a los ojos y derramar un par lágrimas y soltar nuestras almas y recorrer otros caminos, dejando espejismos e ilusiones atrás ...
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