domingo, 20 de septiembre de 2015

Marea

A través de la ventana el sol brilla y las nubes a duras penas se interponen en sus rayos, hace frío pero no importa, aquí pasa el tiempo entre la bruma de la mañana y me siento cada vez mejor, respiro y meto mis manos entre los bolsillos y suspiro, cierro mis ojos y solo percibo aquel silencio de da el humanidad temprano, no hay tráfico, solo paz. Lleno mi corazón de esta mágica energía solitaria y vibrante, entra por cada uno de mis poros esa luz tenue pero fuerte, poderosa, pienso que lo mio es vivir así, disfrutando cada amanecer y atardecer siempre buscando mi luna llena, brillante y hermosa. Aún con los ojos cerrados quiero tu respiración y la mía cerca, te percibo con la marea, te quiero entre mi piel. Ven cuéntame al oído aquellas cosas que pasan por tu mente como si fuera un secreto de caricias y miradas robadas. Mi imaginación vuela al nivel del universo y recuerdo cuando fuimos a cenar en la vía láctea donde quizás no hubo postre más que nuestros cuerpos trémulos repletos de pasión. El fuego del sol nos quemaba pero aún decidimos entrar en calor, No quiero abrir los ojos! No quiero volver a la realidad de las ilusiones rotas y vacías... empieza a llover y un pensamiento negro pasa por mi mente y es inevitable sentir como se rompe algo adentro y cerrar los puños dentro de los bolsillos y escapar una lágrima. Locura maligna, llévame por el sendero te sigo en cada instante en cada ruido, en cada respiración.

Ajena del mundo ella se despide,
posa su mirada en el canal y canta:


"La marea me dejó arenas de plata, que pondré en el reloj del tiempo que no pasa.
La marea me dejó islas inundadas,
donde atrapar con mi red una historia de piratas

Tu marea me dejó la piel cuarteada,
la miel en los labios,
las piernas enterradas.
La marea me dejó la piel cuarteada,
la miel en los labios,
las piernas enterradas.

La marea me dejó aromas de un barco,
algas tejidas en forma de desengaño.
La marea me dejó unas conchas sin nombre,
con que el niño hace un collar de un alfabeto que no entiende el hombre.

Tu marea me dejó la piel cuarteada,
la miel en los labios,
las piernas enterradas.
La marea me dejó la piel cuarteada,
la miel en los labios ,
las piernas enterradas.

La marea me dejó cangrejos helados,
agujas de hielo y un libro en blanco.
La marea me dejó los versos borrados.
la tinta, un borrón, un papel mojado"

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