En el mar de mis caprichos, deseo enormemente
que me abraces el alma ...
Siento que pierdo la capacidad de sentir,
te admirar y de amar ...
Encuentro lejano el poder de un te quiero ...
Los besos son efímeros y el amor hace mucho tiempo que salio por la puerta para no volver ...
Dime secretos recónditos de tu alma serena y cuéntame que vez entre mis ojos y la luna,
que la melodía que arrulla esta noche estrellada, monótona y fría,
nos relate otra historia de corazones fugados al amanecer, con ganas solo de encontrar la luz del sol, al otro lado de la montaña.
Mírame fijamente y abraza mi alma, como lo harían dos amantes perdidamente enamorados,
en sus primeros meses de idilio, sueñame en la cama y despíertame con besos entre sabánas cubiertas de rosas rojas para hacer más romántico clichesuda la situación, hoy soló quiero, solo hoy escaparme del destino y dejan caer la barrera de cristal entre el mundo y mis sentimientos.
Muéstrame el camino hacia aquella felicidad torcida, infinita y no tan fugaz, de los que hablan los abuelos, de los que mamá y papá tuvieron algún día, de los que uno a veces en el parque ve cogidos de la mano con aquella mirada de ilusión.
No rompas en pedazos esta gran nube de sueños locos, esquizofrénicos, frenéticos, vulgares, regulares, corrientes, tristes, vacíos, vacilantes, sensuales, sexuales, fantasiosos, futuristas que tengo clavados entre los dos emisferios de mi cerebro ... llévame entre el va y ven de las olas el regocijo de un beso clavado en lo más profundo de mi, quiero barcazas repletas de felicidad y no mundos taciturnos buscando a Penélope ...
Encaprichame la vida para nunca dejar de creer en el amor, dejar de sentirte junto a mi, dejar que me invada la soledad lenta y fría ...
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